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viernes, 25 de enero de 2008

Reflexiones de un bailarín

Lo que ellas quieren

La mayor parte de las mujeres pueden bailar (si las llevan bien). En cambio, la mayoría de los hombres no saben bailar. La queja que mas he oido, tanto de las mujeres como de los hombres, es: “No hay con quién bailar”

Esto es una gran ventaja para los que sí sabemos. En los antros y discotecas se ve a las mujeres literalmente haciendo cola para bailar con los mejores. Se quedan sentadas esperando toda la tanda pero cuando de repente llega alguien a sacarlas dicen que NO. “Estoy cansada” “Esa no me gusta” “Mejor para la próxima” ”Me duelen los pies”

En ese momento es cuando uno se pregunta: ¿Qué es lo que ellas quieren?

Yo me hacía muchas veces esa pregunta. Yo no estudié danza ni soy bailarín profesional. Yo era de los que necesitaban echarse unas copas “pa’ coger valor” y sacar a bailar a una chica. Claro que cuando tenía suficiente valor ya no podía ni hablar, mucho menos caminar hasta la mesa donde estaba la que quería sacar. Como me di cuenta que eso no estaba funcionando, decidí aprender a bailar. Sin embargo, una cosa es lo que practicas en la clase y otra muy diferente lo que te encuentras en la pista de baile. Más adelante escribiré cómo sacarle el mayor provecho a tus clases. Ahora quiero dar algunos trucos para sacar más chicas a bailar.

En primer lugar lo que ellas quieren es que las diviertas. Esto no significa que te pongas a contarles chistes. La mayoría de las personas tienen muchos problemas en su vida, y cuando una mujer se toma la molestia de arreglarse y salir a la disco lo que quieren es olvidarese de los suyos, y no estar escuchando los de otra gente. Tal vez suene sorprendente, pero lo que muchos caballeros hacen al tener la oreja de una chica es ponerse a contarle todas sus penas. Olvida tus problemas en la puerta .

En segundo lugar lo que ellas quieren es seguridad. Estar seguras de que no las vas a tirar ni las vas a hacer quedar en ridículo frente a sus amigas o frente al tipo al que andan tratando de darle celos. Y estar seguras de que no eres un borracho impertinente. No es ningún problema estar borracho (de allí viene lo de “pedo bailo mejor”) pero definitivamente no hay que ser impertinente, o sea hay que saber cómo sacarlas a bailar.

Para que ellas se den cuenta que estás seguro de ti mismo, lo mejor que puedes hacer es disfrutar de la música, de su compañía y hacer tu tarea en casa, o sea, no vayas a la disco a practicar tus pasos y tus vueltas. Practica en clase, y si no vas a clases por tus horarios o porque no encuentras un maestro que te enseñe bien, entonces practica en tu casa o en tu oficina. Quince minutos diarios pueden hacer una gran diferencia en unos pocos meses. Claro que va a llegar el momento en que necesites a alguien para practicar las vueltas, y eso nos lleva al problema de conseguir con quién practicar. Para eso te recomiendo afiliarte a un sitio de contactos pesonales como "amigos.com" que te permite contactar a personas con gustos similares a los tuyos.

Fdo: Un bailarín

Como sacarlas a bailar

(Esto es para los que no llevan pareja y quieren sacar a chicas que no conocen, más adelante veremos los desafíos de llevar a tu pareja.)

Bueno, has estado practicando, te sabes las vueltas básicas y estas en la sala de baile. El siguiente desafío que encuentras es el síndrome del RECHAZO. Hay que reconocerlo, a nadie le gusta caminar hasta el otro lado del salón y que todo el mundo se de cuenta que las chicas te dan calabazas.

Nos pasa a todos, sobre todo cuando estamos en la crucial etapa del aprendizaje. Es importante saber manejar el rechazo, y la mejor manera es recordar que en la mayoría de los casos no es personal. Simplemente no estas usando la aproximación adecuada: recuerda que esto es un juego de números. A continuación veremos la manera de aumentar las posibilidades.


1) Frecuenta el mismo lugar. En algunas ciudades, hay muchos lugares de baile para escoger, mientras que en otras ciudades hay menos opciones. Elige un lugar que te guste y donde te sientas cómodo, y trata de ir lo más que puedas, de preferencia el mismo día. Muchas chicas van de vez en cuando, pero se fijan cuando van en si hay alguien con quien bailar.

2) Conoce tu entorno. Pronto te vas a dar cuenta quienes son los clientes frecuentes: todos los lugares tienen un grupo que asiste de manera regular. Pregunta el nombre a los camareros y diles el tuyo, además que es una buena idea dejarles una propina generosa; en muchos casos las mujeres que quieren bailar le van a pedir a su camarero que les consiga a alguien.

3) Ten una buena presentación. Tal vez suene obvio, pero asegúrate de usar desodorante, llevar zapatos limpios y ropa que te quede bien. No uses camisas de algodón que quedan empapadas a la primera tanda, o lleva unas cuantas de recambio. A diferencia de las discos pijas, aquí no es importante la marca de tu ropa. Una camisa negra de una tela que se seque casi de inmediato es una buena elección.

4) Observa la dinámica del sitio. Cada uno es diferente, pero hay patrones que se repiten en todos. Hay tres situaciones que es conveniente evitar:

a) Las chicas de los músicos, pues no están interesadas en bailar. Las distingues porque van muy arregladas y se sientan solas en la mesa más cercana a la pista y se quedan mirando a la orquesta como si estuviera Ricky Martin.

b) Las que van con sus novios, a menos que él novio tenga cara de bobo y se quede sentado toda la noche mientras ella no para de bailar con todos los demás.

c) Las que van en grupos de mujeres solas. Si te paras frente a todas ellas y sacas a bailar a la que te gusta, lo más probable es que te quieran pasar a la que no sabe nada o tiene mas rollos existenciales y que sacaron a pasear para que olvide al ex-novio que la dejó.

5) Busca contacto visual. Lo peor que puedes hacer es llegar por atrás de ella o por un lado. Siempre llega de frente, y mucho mejor si antes de que te acerques a su mesa estableces un contacto visual, aunque sea una mirada o una sonrisa. No importa que ella no te responda el primer contacto, lo que cuenta es que vea que estás interesado en ella.

6) Baila con todas. No te quedes sentado con cara de perdedor en un rincón. Recuerda que el éxito llama al éxito, y que las chicas que saques a bailar te van a presentar a sus amigas. No hay nada que le llame más la atención a una chica que un hombre que sea popular con las mujeres. Estamos de acuerdo que uno de los motivos principales para aprender a bailar es conocer mujeres, así que si todavía no eres el más popular, actúa como si lo fueras. No seas presumido, deja que ellas lo vean.

De vez en cuando habrá noches lentas, pero siguiendo estos consejos vas a tener todas las chicas que quieras para bailar.

Como bailar en la pista

En la pista tienes un elemento que no vas a encontrar en las clases o en tus ensayos: el tráfico. Por lo general las pistas de baile suelen ser pequeñas y están muy llenas. Hay personas que están acostumbradas a dar pasos muy largos y desplazarse lo más lejos que pueden, lo que provoca choques y golpes. Esto es algo que un buen bailarín debe evitar a toda costa. Si hay espacio libre hay que aprovecharlo, pero es necesario saber bailar en un espacio muy pequeño.

Hombres y mujeres deben estar siempre a cargo de su propio equilibrio; no hay que colgarse del otro. Y siempre mantener el paso, porque eso es lo que nos permite movernos con agilidad. Si te quedas parado(a) te vas a convertir en un blanco fácil. También es necesario mantener una buena conexión para que la marca de las figuras sea clara. Las mujeres deben mantener una ligera tensión en los brazos.

Mientras las otras parejas están bailando los espacios cambian contínuamente. Hay que ser consciente del entorno para ocupar los espacios que se forman. No es necesario ver los pies para saber qué es lo que van a hacer; puedes guiarte con los hombros, pues en la gran mayoría de los casos el pie va a estar debajo del hombro, y si observas el patrón de movimiento de una persona puedes predecir con bastante exactitud dónde va a poner el pie. Esto es muy útil para evitar que te pisen. Por otra parte, hay chicas que usan esta capacidad de predicción para llevar a cabo pequeñas venganzas y clavar el tacón sobre el pie de una enemiga desprevenida.

Ahora en lo que respecta a la marca: cuando sacas a bailar a una chica por primera vez es buena idea subir una “escalera de figuras”. Esto es, empieza con los pasos básicos y de allí intenta un par de vueltas básicas, y si ella te puede seguir entonces aumenta la complejidad de las figuras.

Es conveniente elegir un “tema” para la canción, con una figura principal y desarrollar variaciones según lo pida la música. No es necesario que hagas todas las vueltas y figuras que te sepas en una sola canción. La música tiene elementos que se repiten, así que no temas repetir algo varias veces.

¿ Quien lleva es el hombre?

Respuesta de un profesor a un alumno



profesor - Quien lleva es la mujer

alumno - “Espera , ¿no dices todo el tiempo que hay que desarrollar una guía poderosa?”

profesor - No me refiero a dejarla hacer lo que ella quiera. Yo sostengo que una de las cosas que hacen muy atactivo a un buen bailarín es que él lleva el control y la mujer no sabe que es lo que va a venir después. Entonces , ¿cómo reconciliar esta aparente contradicción?

Cuando marcamos una vuelta o una figura lo que en realidad estamos haciendo es una pregunta. Para que el baile sea una conversación, tenemos que esperar la respuesta. Nosotros no sabemos con exactitud cómo va ella a reaccionar a nuestra marca y cómo va a interpretar la música, aunque con suficiente práctica podemos tener una idea bastante aproximada. Si ella hace algo distinto a lo que esperabamos, ¿significa que se equivocó? No. Simplemente tomamos su respuesta y seguimos conversando, o sea, marcamos otra cosa a partir de lo que ella hizo.

En el baile social no hay errores. Sólo puede haber errores si estan siguiendo una coreografía, una secuencia de pasos fijada de antemano. Esto es necesario para coordinar a un grupo de bailarines/as en presentaciones ante el público, pero el baile social es por su misma naturaleza espontáneo e improvisado, porque depende de las respuestas de la pareja y de la situación de la pista. Tal vez tu querías hacer una secuencia de figuras pero si de repente alguien se mete en el camino, tienes que ser capaz de cambiar tu marca para que tu chica no se golpee contra la otra pareja .

El infierno del principiante y la mejora en el baile

Nivel, tiempo y habilidad

Este gráfico describe muy bien la situación por la que pasamos cuando estamos aprendiendo a bailar.



El NIVEL de baile que tenemos depende del TIEMPO que le hemos dedicado a practicar. La primera etapa está muy bien descrita como el “Infierno del principiante”: Es cuando estamos aprendiendo a mover los pies, coordinar las manos y comprendiendo cómo tenemos que guiar a la pareja. Como las mujeres no tienen que saber todo eso, por lo general avanzan más rápido que nosotros. Ellas prefieren bailar con los que saben llevarlas, y son los que han dedicado más tiempo a practicar.

Una vez que superamos esta etapa, nuestra habilidad aumenta exponencialmente y el que sigue invirtiendo tiempo y esfuerzo va a llegar a bailar mejor que la mayoría de las mujeres. Llega un momento en que ellas dejan de mejorar y se estancan en un cierto nivel. Esto sucede en muchos de los casos, y para superar ese estado necesitan bastante motivación, ya sea para competir, presentarse en público o a causa de un cambio de pareja.

Uno de los motivos principales que tiene este blog es apoyar a los que estan pasando por la primera etapa. Pero puedo asegurarles a todos que vale la pena persistir y volver una vez más a la pista de baile, tomar una clase más y practicar un día más.

La primera vez


Carta de un bailarín principiante

Recuerdo muy bien mis primeros intentos por bailar salsa. Yo entrenaba con pesas en un gimnasio, que además del consabido aerobics tenía clases de baile. En realidad se trataba de una especie de cardiosalsa adaptada de pasos que el instructor decía que eran cubanos. Su método de enseñanza que era muy similar al del instructor de aerobics: se paraba enfrente del espejo del salón y ponía su coreografía. Si podías coger el paso bien y si no podías era tu problema.

La proporción de mujeres a hombres era de 15 a 1. Algunas llevaban meses en esa clase y ya se sabían las rutinas, así que poco a poco fui logrando seguir algunos de los pasos. Era un buen ejercicio y había personas interesantes en el grupo así que me quedé, aunque me sentía ridículo haciendo esos pasos.

Al mes de entrar al curso salió el tema de ir a bailar. El instructor le andaba echando los trastos a una de las chicas, así que se formó un pequeño grupo para ir a una Sala de Baile; era la primera vez que iba. Fue una noche muy interesante, dispuesto a aplicar todo lo aprendido, conduje a una de mis compañeras a la pista, y no pude dar ni una sola vuelta. La música era diferenta a la usada en clase, y yo veía a varias parejas dando vueltas chulísimas y complicadísimas. Al principio pensé que con unos cuantos meses más de clases podría hacerlas también, pero luego ví que el instructor cubano tampoco podía dar vueltas.

No regresé a su clase. Esa noche decidí que yo quería bailar como los tipos que había visto, así que les pedí que me enseñaran. Solo uno de ellos me dio algunos tips. Otros eran muy envidiosos y no querían que les copiaran sus pasos y otros simplemente no sabían explicar cómo los hacían.

En ese entonces en mi ciudad no había muchas opciones. Aparecía un curso de vez en cuando y yo me apuntaba en todos. Cada uno tenía su manera de bailar y su manera de enseñar, que muchas veces era totalmente incompatible con los demás. Esto es, para poder hacer sus pasos tenías que bailar con una muchacha de su grupo, porque ninguna otra se lo sabia.

Si estas tratando de aprender a bailar en pareja, busca a alguien que en realidad salga a bailar. Es sorprendente el número de maestros que no van a bailar. Hay un coreógrafo muy famoso que ni siquiera le gusta bailar.

No todos los bailarines son buenos maestros. Una de las motivaciones que impulsan a una persona a estar en el escenario es convertirse en el centro de la atención. Muchos bailarines -y coreógrafos- se sienten muy cómodos en sus rutinas, pero no tienen la paciencia para explicar desde lo básico. Te recomiendo que veas la pelicula “La lección de Tango” con Sally Potter y Pablo Verón, donde esta situación se describe muy bien.

Además de tomar las clases, asegúrate de practicar por tu cuenta. Yo cuando tomaba clases particulares practicaba 5 horas lo aprendido en cada clase antes de tomar la siguiente. Y, por supuesto, ve a bailar en cada oportunidad que tengas. Todos nos sentimos torpes al principio, pero el avance se da en la pista de baile, no en el salón de clases.

Fdo: Un bailarín